Pajareando por Ordesa

Esta semana que termina hoy, he pasado tres días completos por las partes altas del valle de Ordesa, concretamente en Cuello Gordo y la senda de los miradores. A parte de ser la opción más cómoda para llegar al refugio de Góriz (aunque pagando el transporte en bus), te permite disfrutar de vistas realmente grandiosas de buena parte del Prepirineo, del valle de Ordesa desde arriba y del macizo de Monte Perdido. Comenzando desde Nerín (1.150 metros altitud) la pista asciende hasta los 2.220, cota más baja donde se pueden encontrar algunas aves de alta montaña.


Vista del valle de Ordesa hacia Torla.

El Soaso con las paredes de Las Cutas.

Hacia el Sur Canciás y Guara.

Pico del Cilindro (izquierda) y del Monte perdido (derecha).

Lo mejor es que desde donde te deja el autobús andando cómodamente unos 30 minutos, puedes observar tres especies de aves alpinas que en verano suelen requerir esfuerzos mayores: treparriscos, acentor alpino y gorrión alpino, además de chovas piquigualdas y piquirrojas, vencejo real, collalba gris, bisbita alpino, colirrojo tizón, roquero rojo, verderón serrano, mirlo capiblanco y grandes rapaces como quebrantahuesos, águila real, buitre leonado, alimoche y águila culebrera.

La verdad es que esta semana ha hecho un tiempo bastante malo con temperaturas mañaneras de 6ºC y viento del Norte con rachas fuertes, y las dos anteriores con tormentas y abundantes lluvias. A pesar de ello, sorprende ver que pequeñas aves como los gorriones han criado con éxito y andaban con sus pollos volanderos capturando insectos inmunes al fuerte cierzo, con el jugaban al borde del cortado.




Gorrión alpino, un especialista que solamente vive en la alta montaña, incluso en invierno.

En el caso de los acentores alpinos, los pollos ya andaban alimentándose solos y pude ver copulas de una pareja. Es digno de ver el color tan llamativo de la cloaca de las hembras cuando adoptan la postura previa a la cópula, de un rosa chicle.

Adulto y pareja a punto de copular de acentor alpino.

También pude ver durante un buen rato la pareja de treparriscos buscando insectos por los canchales de roca y bajar al cortado, supongo que aún debían tener los pollos en el nido.





Macho adulto de treparriscos, en época de reproducción tienen la garganta negra.

Otras aves que pude disfrutar fueron las abundantes collalbas grises, varias parejas con pollos volanderos y otras todavía entrando a sus nidos. 

Macho adulto de collalba gris.

Y por supuesto buitres leonados, alimoches, quebrantahuesos, culebrera y un joven de águila real perseguido por dos cuervos y varias chovas piquigualdas.


Buitre leonado y alimoche.


Quebrantahuesos adulto y subadulto.

Águila culebrera.


Águila real joven y adulta.

Chova piquigualda.

Y siempre acompañado por los silbidos de alarma de las abundantes marmotas. 


Destacar ya cerca de Nerín, la observación de dos mariposas apolo, una especie cada vez más escasa y difícil de ver. 

Parnassius apollo.

Saxifraga.


Flor de nieve.

Genciana.






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